Entendiendo la nueva Ley de Formación Profesional: lo que cambia y lo que importa

Entendiendo la nueva Ley de Formación Profesional: lo que cambia y lo que importa
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El nuevo modelo de Formación Profesional en España ya está en marcha. Aprobada mediante la Ley Orgánica 3/2022 y desarrollada por el Real Decreto 659/2023, esta normativa configura un sistema integral, modular y conectado con el entorno productivo.

En 2025, su despliegue comienza a traducirse en transformaciones visibles: reorganización de la oferta, itinerarios formativos más flexibles, consolidación de la Formación Profesional Dual y un modelo permanente de acreditación de competencias.

Esta ley no se limita a la reforma de un subsistema educativo: redefine el vínculo entre formación, empleo e inclusión social.

Un sistema modular para responder con agilidad

Uno de los pilares del nuevo modelo es la creación de cinco grados formativos (A, B, C, D y E), que permiten avanzar por el sistema de manera flexible y acumulativa. Esta estructura facilita la personalización de itinerarios, el reconocimiento del aprendizaje no formal y la actualización constante de competencias.

  • El Grado A se centra en microformaciones de 10 a 50 horas orientadas a necesidades muy concretas del mercado.
  • El Grado B recoge unidades de competencia parcial que se pueden acumular.
  • El Grado C agrupa certificados profesionales.
  • El Grado D corresponde a los ciclos formativos reglados.
  • El Grado E ofrece especialización para titulaciones previas.

Esta arquitectura modular aporta flexibilidad y refuerza el enfoque por competencias, con foco en la empleabilidad y el aprendizaje a lo largo de la vida.

Según el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, entre enero y agosto de 2025 se han aprobado más de 6.700 acciones formativas. De ellas, el 80 % corresponde a microformaciones de Grado A, que se están consolidando como herramientas ágiles de reskilling en sectores como logística, hostelería, energías renovables, economía de los cuidados o digitalización aplicada.

La nueva estructura curricular, además, introduce bloques troncales, transversales y optativos, incorporando contenidos como sostenibilidad, digitalización, inglés profesional y orientación para el empleo. Esta actualización refuerza el valor de la FP como respuesta formativa a los cambios sociales y tecnológicos que atraviesan todos los sectores productivos.

 

Infografía nueva Ley de Formación Profesional

Formación Profesional Dual: corresponsabilidad en la formación del talento

Asimismo, la Formación Profesional Dual se convierte en obligatoria en todos los ciclos de grado medio y superior, situando a la empresa como agente formador corresponsable. Este modelo se despliega en dos modalidades: una general, y otra intensiva, donde las empresas asumen una mayor participación en el diseño, la evaluación y el número de horas de formación en entornos reales de trabajo.

A cierre del curso 2024–2025, el 31 % del alumnado de FP ya cursa su itinerario en esta modalidad dual. El reto inmediato es ampliar esta participación e integrar a pymes, entidades sociales y sectores estratégicos, especialmente en territorios con menor densidad empresarial.

Y es que la FP Dual, además de mejorar la adecuación entre oferta formativa y necesidades laborales, permite alinear competencias con perfiles reales, incorporar metodologías activas, facilitar la transición entre formación y empleo y, al mismo tiempo, posiciona a las empresas como espacios de aprendizaje. Para el tejido productivo, supone una oportunidad para captar talento desde fases tempranas y formar perfiles ajustados a su actividad.

Acreditación de competencias: dar valor a lo que ya se sabe hacer

Otro de los avances sustanciales de la nueva ley es el procedimiento permanente de acreditación de competencias profesionales, coordinado por las comunidades autónomas. Esta vía permite reconocer oficialmente la experiencia laboral y el aprendizaje no formal, habilitando el acceso a titulaciones sin partir desde cero.

Desde su puesta en marcha en 2021, más de 312.000 personas han iniciado procesos de acreditación. Esta herramienta está resultando clave para formalizar competencias adquiridas en sectores con baja cualificación oficial, favorecer la continuidad en estudios reglados y abrir nuevas oportunidades laborales en sectores como atención sociosanitaria, comercio, limpieza profesional, hostelería o construcción.

Además, se refuerza la orientación profesional como servicio estructural, con el objetivo de que cada persona pueda tomar decisiones formativas más informadas, alineadas con sus intereses, experiencias y oportunidades reales de inserción. Reconocer lo que las personas ya saben hacer es un mecanismo directo para reducir desigualdades y mejorar la calidad del empleo.

Indicadores que confirman su impacto social

El nuevo modelo de FP no se mide solo por la estructura normativa, sino por los resultados ya visibles:

Estos indicadores consolidan una idea clara:

«La Formación Profesional es una herramienta estructural para construir cohesión, equidad y empleo de calidad.»

Una infraestructura para transformar el sistema

En este contexto, la Formación Profesional ha dejado de ser una alternativa educativa para convertirse en una infraestructura estratégica del sistema productivo. Su arquitectura normativa redefine cómo se adquieren, actualizan y certifican las competencias profesionales.

Este modelo permite integrar la formación en la empresa de forma estructurada, reconocer la experiencia como valor formativo, activar rutas modulares sin renunciar a la calidad y ajustar la oferta formativa a la evolución tecnológica de los sectores clave. Su despliegue está impactando ya en la oferta pública de empleo, en las políticas activas de formación y en las dinámicas de colaboración público-privada.

No es una ley pensada para adaptarse al cambio, sino para impulsarlo desde la base. Y por eso exige visión estratégica, compromiso institucional y una implementación rigurosa.

Conclusión: resultados, no promesas

Con un marco legal consolidado, una estructura modular operativa y datos que avalan su impacto, la Formación Profesional se afianza como la vía más eficaz para generar empleabilidad, reducir desigualdades y responder a los retos del presente.

No hablamos de aspiraciones, sino de realidades: mejora de los índices de inserción, reducción del abandono escolar, implicación activa del tejido empresarial y reconocimiento formal de competencias adquiridas fuera del sistema educativo.

¿Cómo estás viviendo tú esta transformación desde tu entorno profesional? Te leemos en los comentarios.

Elena Mosquera
emosquera@femxa.com

Apasionada del arte, el diseño y la comunicación de marcas y productos, me encanta poner a punto aspectos como la identidad corporativa y el diseño publicitario o web, entre otras áreas. Mi curiosidad me ha llevado a seguir añadiendo habilidades a mi caja de herramientas, incorporando el diseño UX, el desarrollo web, el SEO técnico y el copywriting.

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