
En un entorno profesional cada vez más digital y competitivo, construir una marca personal sólida y auténtica se ha convertido en un factor clave para destacar, generar oportunidades y avanzar profesionalmente.
En esta entrevista, hablamos con Daniela Luque, referente en LinkedIn y experta en branding personal, que comparte con Femxa cómo la identidad personal se puede transformar en una herramienta de alto impacto. Con ella abordamos las claves para diferenciarse en LinkedIn, los errores más comunes al construir un perfil profesional, los aciertos y errores en el uso de la inteligencia artificial en la narrativa personal y, sobre todo, cómo empezar desde cero a construir una identidad profesional coherente y poderosa.
Daniela, tu trayectoria es muy diversa, desde el cine hasta convertirte en una referente en LinkedIn. ¿Cómo ha influido tu formación en tu enfoque actual sobre la marca personal?
Cada etapa de mi vida profesional ha dejado una huella. No he tenido una carrera lineal, y eso ha sido una enorme oportunidad. Del cine aprendí a observar, a contar historias con intención y a entender cómo la narrativa puede emocionar, educar y persuadir. Eso lo llevo hoy al trabajo con profesionales que necesitan posicionarse: no basta con saber, hay que saber contarlo. Y cómo dejarse ver.
Mi paso trabajando en entornos tan distintos —desde un campus educativo de élite en Abu Dhabi hasta crear y distribuir joyas de autor alrededor de Europa— me enseñó que la forma en la que te presentas al mundo marca la diferencia. Y que, aunque el contenido es vital, la percepción es lo que abre puertas. Por eso, al hablar de marca personal, no trabajo solo sobre visibilidad. Trabajo sobre identidad, sobre coherencia, y sobre cómo convertir un recorrido único en una ventaja estratégica.
¿Qué elementos o tendencias consideras que son esenciales para aportar un valor diferencial auténtico?
Hoy, muchos hablan. Lo difícil es que te escuchen. Por eso, si quieres destacar, necesitas claridad y persuasión. El mercado premia a quienes se posicionan con nitidez: saber exactamente a quién sirves, qué problema resuelves y cómo lo haces distinto. La ambigüedad no vende.
Además, la autoridad ya no se construye solo mostrando resultados. Se construye mostrando el proceso. Veo cada vez más impacto en los profesionales que se animan a compartir sus aprendizajes reales, incluso los tropiezos. Eso genera una conexión muy potente, porque demuestra solidez sin caer en la soberbia. El nuevo diferencial es ser específico, transparente y útil. Y sostenerlo en el tiempo.
¿Cuáles son los errores más frecuentes que observas en profesionales al construir su branding personal en LinkedIn?
El primero, pensar que LinkedIn es solo un currículum digital. Lo usan como un escaparate estático, en vez de como un canal vivo de comunicación. Publican cuando “les da tiempo”, sin estrategia, sin mensaje, sin un público en mente. Así, el algoritmo no los reconoce… y la gente tampoco.
El segundo error es no elegir un territorio. Saltan de tema en tema como si eso mostrara versatilidad. Y lo que muestran es dispersión. La autoridad digital se construye cuando el lector asocia tu nombre con un concepto específico. Si no hay foco, no hay reconocimiento. Y si no hay reconocimiento, las oportunidades pasan de largo.
¿Puedes compartir algún caso de éxito donde la construcción de una marca personal sólida en LinkedIn haya transformado la carrera de un profesional?
Sí, y de hecho lo veo cada mes. Te cuento uno que me marcó: un especialista en marketing con una carrera sólida pero con cero presencia en LinkedIn. Empezamos por redefinir su perfil y su narrativa profesional de forma que en pocas semanas empezó a recibir propuestas de reclutadores. Incluso su empleador le ofreció un aumento. Fue espectacular y él mismo no se creía lo que le estaba ocurriendo. Después de 6 meses del aumento terminó yéndose a otra empresa que le ofreció un 30% más salario y un ascenso con respecto a las condiciones mejoradas que ya había conseguido. Todo esto ocurrió en menos de 12 meses.
Con la creciente presencia de la inteligencia artificial y ChatGPT, ¿Cómo crees que puede ayudar o afectar a crear un perfil de impacto en plataformas como LinkedIn?
La IA puede ser una aliada increíble si sabes cómo usarla. No sustituye tu visión, pero sí puede potenciarla. Hoy, herramientas como ChatGPT te permiten generar y organizar ideas, revisar tono, proponer borradores e imágenes… Pero el criterio, el ángulo, la profundidad, siguen siendo tuyos. Eso no lo automatiza nadie.
Lo interesante es que, al bajar la barrera técnica, la IA democratiza el acceso al contenido. Ya no necesitas ser redactor para tener una voz clara en LinkedIn. Pero cuidado: quien use la IA sin pensamiento crítico va a sonar como todos. La diferencia la sigue marcando tu capacidad de pensar, estructurar ideas y construir narrativa con intención. Ahí es donde está el impacto.
Por último, para nuestro alumnado que está en proceso de formación o buscando nuevas oportunidades laborales, ¿Qué consejos les darías para que empiecen a construir su identidad personal?
Su identidad personal la construyen día a día a partir de sus experiencias, aprendizajes, valores, etc. En términos digitales lo que hacemos es potenciar y maximizar esa identidad que ya existe offline. Sobe su estrategia online les diría que empiecen cuanto antes. No hace falta esperar a tener “toda la experiencia”. Se empieza compartiendo aprendizajes, mostrando el proceso, conectando con otros profesionales que están en la misma. El mayor error es creer que todavía no tienen nada que decir. Eso es falso.
Y también les diría que sean estratégicos. No es publicar por publicar. Es pensar a quién quieren llegar, qué mensaje quieren transmitir y cómo se quieren posicionar. La marca personal no es un logo ni una frase ingeniosa. Es la percepción que construyen a diario con lo que muestran, cómo lo dicen y con qué consistencia lo hacen.